di Felix Luis Viera
Ego
Agosto de 1981
Ego
HabÃa un rÃo
ancho y una isla de arena.
En la isla árboles inmensos.
En la orilla estábamos tú y yo.
Y jugábamos a imaginar que tú estabas
erecta
en el centro de esos árboles que
estaban en el centro de la isla
y
de pronto todo se inclinaba ante
tu figura,
todo aullaba, trataba de desgajarse
desterrarse,
desguazarse
en pos de tu figura
porque resulta que estabas
en el centro de los árboles
que estaban en el centro de la isla
que estaba en el centro del rÃo inmenso.
Jugábamos a imaginar ese momento
en que todo trataba de irse hacia tu
cuerpo
que era como el centro del mundo y de
las cosas.
Hoy, esa es tu única imagen verdadera.
En la isla árboles inmensos.
En la orilla estábamos tú y yo.
Y jugábamos a imaginar que tú estabas
erecta
en el centro de esos árboles que
estaban en el centro de la isla
y
de pronto todo se inclinaba ante
tu figura,
todo aullaba, trataba de desgajarse
desterrarse,
desguazarse
en pos de tu figura
porque resulta que estabas
en el centro de los árboles
que estaban en el centro de la isla
que estaba en el centro del rÃo inmenso.
Jugábamos a imaginar ese momento
en que todo trataba de irse hacia tu
cuerpo
que era como el centro del mundo y de
las cosas.
Hoy, esa es tu única imagen verdadera.
De Poemas de amor y de olvido (1993)
Pubblicato
su http://www.ellugareno.com/
Ego
Traduzione di Gordiano Lupi
C’era un fiume ampio e
un’isola di sabbia.
Nell’isola alberi immensi.
Sulla riva c’eravamo io e te.
E giocavamo a immaginare che tu stavi
eretta
al centro di quegli alberi che
stavano al centro dell’isola
e
subito ogni cosa si chinava davanti
alla tua figura,
ogni cosa urlava, cercava di schiantarsi
allontanarsi,
distruggersi
dietro alla tua figura
perché sembra che eri
nel centro degli alberi
che stanno nel centro dell’isola
che stava nel centro del fiume immenso.
Giocavamo a immaginare quel momento
in cui ogni cosa cercava di andare verso il tuo
corpo
che era come il centro del mondo e
delle cose.
Oggi, quella è la tua unica immagine veritiera.
Nell’isola alberi immensi.
Sulla riva c’eravamo io e te.
E giocavamo a immaginare che tu stavi
eretta
al centro di quegli alberi che
stavano al centro dell’isola
e
subito ogni cosa si chinava davanti
alla tua figura,
ogni cosa urlava, cercava di schiantarsi
allontanarsi,
distruggersi
dietro alla tua figura
perché sembra che eri
nel centro degli alberi
che stanno nel centro dell’isola
che stava nel centro del fiume immenso.
Giocavamo a immaginare quel momento
in cui ogni cosa cercava di andare verso il tuo
corpo
che era come il centro del mondo e
delle cose.
Oggi, quella è la tua unica immagine veritiera.
Agosto 1981
Da Poesie d’amore e d’oblio (1993)
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